Miradas críticas sobre Rubén Darío

 

 Nydia Palacios Vivas                                                                                                            Páginas Verdes                                                                                      

 

Miradas críticas sobre Rubén Darío por Nicasio Urbina (Editor)
 

 

Presentación del  Libro

Nydia Palacios Vivas

El estudio crítico del Dr. Nicasio Urbina con que se inicia el presente volumen de ensayos sobre la vida y obra de Rubén Darío, demuestra una vez más, la rigurosidad y agudeza del crítico experimentado que se ha dado a la tarea de examinar como con un escalpelo, las múltiples perspectivas con que se enfocan las obras literarias. El Dr. Urbina ha realizado, con motivo del primer Centenario de Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas, una labor gigantesca al devorar el copioso material crítico que, alrededor de nuestro célebre poeta, se ha publicado en libros y revistas durante más de una centuria. Nuestro compatriota disecciona, confronta autores, y obras, disiente y avala aquellos juicios que  le parecen pertinentes. Sus análisis constituyen de ahora en adelante, una fuente imprescindible para realizar una re-lectura de las páginas darianas a la luz de  los tiempos actuales, de acuerdo con el horizonte de expectativas que surgen en las diferentes épocas. El Dr.Urbina ha dividido su trabajo  metodológicamente en varios apartados. Primero nos plantea su objetivo: “Mostrar los nuevos rumbos de la  crítica y demostrar que la obra de Darío sigue siendo ejemplar y seminal en el desarrollo de la literatura hispanoamericana.”

     Este propósito ha de lograrse al analizar los numerosos estudios publicados en el extranjero, en especial los de la crítica norteamericana. El Dr. Urbina es sincero al afirmar que resulta muy difícil ser completamente objetivo, pues se perdería la perspectiva humanista muy propia de los que se dedican a los estudios literarios. Debemos recalcar que los estudios humanísticos se orientan siempre por determinadas ideologías de acuerdo con la visión personalísima del autor.

     En el presente trabajo el Dr. Urbina retoma la crítica del siglo XIX en vida de Rubén Darío y la de los primeros cincuenta años del siglo XX. En una segunda sección, que ocupa la mitad de su trabajo, se centra en nuevos enfoques, en especial, los estudios semióticos, campo en que el Dr. Urbina es un experto, un gran conocedor de esta disciplina, la cual aplicó excelentemente en su tesis doctoral sobre Ernesto Sábato. En las páginas finales, que abarcan la última década del siglo pasado y principios del XXI,  aborda la contribución invaluable de los dariístas nicaragüenses que han dedicado la mayor parte de su vida a rastrear fuentes, rescatar artículos, poemas y cartas  nunca antes publicados, analizar sus obras desde diferentes perspectivas y a una tarea de divulgación permanente.

      El Dr. Urbina destaca la grandiosa labor de los nicaragüenses dariístas que han dejado un legado invaluable a las generaciones y a los estudiosos. Ocupa un primer lugar el libro Bibliografía general de Rubén Darío, (1967) de Don José Jirón, ese infatigable  investigador recientemente fallecido que dejó una obra excelente. Entre sus  múltiples trabajos  nuestro crítico menciona  los Prólogos de Darío, y las Poesías desconocidas completas (1994) editadas junto con Ricardo Llopesa y Jorge Eduardo Arellano, “un trío muy poderoso” como lo reconoce el Dr. Urbina. Por su parte, Jorge Eduardo Arellano, hoy por hoy,  el más completo investigador sobre la obra y vida de Darío, ha publicado  incontables todos los libros y ensayos que ha publicado. El Dr. Urbina y nosotros lo consideramos el crítico más respetable. Entre sus publicaciones sobresalen: Azul... nuevas perspectivas (1993) que obtuvo el premio internacional promovido por la OEA en 1989. Los raros: una lectura integral, (1996) acucioso estudio de este libro tan poco estudiado y Cartas desconocidas de Rubén Darío  (2000), escrito con Don José Jirón. En este epistolario queda al desnudo la vida de Darío. Otro nicaragüense digno de mención es el gran poeta Ernesto Mejía Sánchez, quien  recopiló artículos valiosos dispersos, difíciles de consultar, publicados en  Estudios sobre Rubén Darío (1968).

       Refiriéndose a las bibliografías publicadas por extranjeros descuellan la de Keith Ellis en su libro Critical Approaches to Rubén Darío (1974). El Dr. Urbina considera que este libro es un ensayo bibliográfico importantísimo, una monografía muy bien planificada con un balance objetivo y comprehensivo. Por su parte, bajo el sello de  la Universidad de Harvard, el crítico Henry Grattan Doyle publica A Bibliography of Rubén Darío, (1935)  Hensley C. Woodbridge, a su vez,  “Rubén Darío: A Critical Bibliography” (Hispania 1967), y Rubén Darío.A selected Classified and Annotated Bibliography (1975), Carlos Lozano con Rubén Darío y el Modernismo en España, (1968)  entre otros.

      Remontándose al siglo XIX, el Dr. Urbina destaca la crítica de José Enrique Rodó, autor de aquellas frase lapidaria sobre Darío: “No es el poeta de América”.  El Dr. Urbina, califica de injusto a Rodó en su artículo “Rubén Darío: su personalidad literaria. Su última obra.” (1899), al afirmar que a Darío no le interesó el entorno político, falsedad que queda demostrada con las innumerables artículos periodísticos escritos por Darío. Si bien es cierto que Rodó reconoce la genialidad del poeta, “no visualizó las implicaciones para la conciencia hispanoamericana y los conceptos de comunidad  y nación” que perfiló en sus escritos. Es más, ignoró que el primero que empleó la metáfora de Calibán, (anagrama de la palabra caníbal) al referirse a los Estados Unidos y su expansión imperial, fue  Darío al publicar  en  su famoso artículo “El triunfo de Calibán”, a raíz de la guerra hispanoamericana (1898) cuando España pierde sus colonias ante el  todopoderoso coloso del Norte. La revalorización del americanismo de Darío está ampliamente demostrado con esta metáfora, cuyo significado está en deuda con Carlos Jáuregui en su artículo “Calibán, ícono del 98, a propósito de un artículo de Darío.” (1998) quien “atribuye a Darío-nos dice el Dr. Urbina- la primera mención significativa de la metáfora de Calibán”.  Rodó en su Ariel afirma que “nuestra América es, para el Arte, un suelo poco generoso y que los poetas deben encontrar modos de pensar y de sentir enteramente cultos y humanos y por lo tanto deben renunciar a un verdadero sello de  americanismo original”. Ante esta ambivalencia el Dr. Urbina se pregunta ¿Cómo entonces, “de qué forma se puede desarrollar un arte y un pensamiento netamente latinoamericano, sin apropiarse a la vez de la producción cultural europea”?

       Por encima de Rodó, Urbina encomia el insuperable estudio de Arturo Marasso  Rubén Darío y su creación poética (1934, 41, 54) no por su hondura crítica, sino por la descomunal tarea del rastreo de fuentes que Darío utiliza.  Le siguen los trabajos de Arturo Torres Ríoseco y de Pedro Henríquez Ureña quien asegura que Darío es único en el arte de la versificación sólo comparable con Góngora y Quevedo. Al referirse a Pedro Salinas, el Dr. Urbina, reconoce su aporte sustancial al tema del panerotismo en Darío, pero subraya que no pudo ver en Darío “al emigrante indiano, el que busca lejos de su patria horizontes nuevos para insertarse en el gran mercado laboral” y juzga que el libro de Salinas La poesía de Rubén Darío (1948) fue “un intento fallido de un poeta criticando a otro poeta”. No obstante, Salinas le concede el mérito a Darío de haber proclamado que América fue una preocupación constante en Darío.

    Esta conciencia del trabajo intelectual como una profesión sí fue reconocido por el gran crítico Ángel Rama en su libro Rubén Darío y el modernismo (1970).  Otra crítica a la que hay que recurrir  es la de Octavio Paz en su ensayo “El caracol y la sirena”, en Cuadrivio, (1965) quien afirma que la  obra de Darío tiene sus raíces en la gran rebelión romántica,  y yo agregaría que Paz, en su libro Los hijos del limo, (1975) es contundente al afirmar que el modernismo significó en América el verdadero romanticismo. Con esta afirmación, para nosotros, el Nóbel mexicano rinde homenaje a nuestro héroe literario por ser Darío su figura más egregia.

En este estudio del Dr. Urbina no podían faltar los críticos franceses, ingleses y alemanes. Descuellan los estudiosos Charles Watland con La formación literaria de Rubén Darío (1965), el estudio de Erwin K. Mapes La influencia francesa en Rubén Darío en (1925) cuyo libro destaca las innovaciones métricas y las influencias de los líricos franceses,  pero lo más importante para el Dr. Urbina es la presencia parisina que Darío deja como legado y que se percibe en escritores como Julio Cortázar en su novela Rayuela, la que considera una creación literaria que se debe en gran medida a las vivencias y gran admiración que Darío sentía por París. No podía faltar en estos libros señeros el valiosísimo aporte de la alemana Erika Lorenz cuya disertación doctoral versó sobre la música de la poesía dariana, excelente trabajo que tituló Rubén Darío bajo el divino imperio de la música (1960). Quiero mencionar que estos tres últimos estudios y, para hacerle justicia a quien lo merece, se dieron a conocer en el mundo de habla hispana gracias a ese gran maestro e investigador, Fidel Coloma González, el chileno-nicaragüense, que los tradujo del inglés, francés y alemán en ocasión del Primer Centenario del Nacimiento de Darío en 1967.

Dos estudios seminales que tratan sobre el ocultismo, el pitagorismo, y  las creencias esotéricas que tanto obsesionaron a Darío se deben a dos excelentes estudiosos Raymond Skyrme con  su libro Rubén Darío and the Pitagorean Tradition (1975) y sobre todo el de Cathy Login Jrade, que colabora en este volumen. El Dr. Urbina pondera ambos estudios por su profunda erudición y su excelencia crítica. El libro de Login Jrade Rubén Darío and the Romantic Search for Unity. The Modernist Recourse to Esoteric Tradition (1983)  es un estudio seminal en el cual la escritora incluye a la mujer que Darío vincula a la función armónica del universo. Urbina ve en el estudio de Login el dilema entre la unidad espiritual de los modernistas, los cambios que la modernidad impuso y el avance arrollador de la ciencia. Nuestro crítico valora los aportes estilísticos,  el pitagorismo y el esoterismo de estos estudios que arrojan nuevas luces sobre la vastedad de temas de la obra dariana. T.W. Jensen retoma este tema para su disertación doctoral titulada “The Pythagorean Narrative of Rubén Darío, Nervo y Lugones” (1985) y  sobre esta mima línea Nelson Orringer en 2002 escribe “Modernism and the Initation of Ruben Darío Centaurs” en la revista Hispania.

En la segunda parte, el Dr. Urbina se concentra en los estudios semióticos, los cuales, proliferaron a partir de 1976. Menciona los trabajos iluminadores de Saúl Yurkievic Celebración del modernismo (1976), Noe Jitrik Las contradicciones del modernismo (1978) , Iris Zavala, Gerard Achim y Julio Ramos. Yurkievic valiéndose de Jacques Lacan, Foucault y el sicoanálisis, profundiza en la emergencia del subsconsciente en la obra de Darío. Jitrik, por su parte, ve al modernismo como una máquina poética  vinculada a las leyes de producción del mercado que trajo la industrialización. Jitrik ve que Darío no prescinde de lo viejo sino que lo recicla, lo re-elabora y ofrece una poesía distinta, un producto  lleno de giros y voces nuevas acorde con la producción acelerada de los productos que inundaban el mercado. Ya lo había dicho Darío “Yo no soy iconoclasta” y en el Prólogo de Cantos... dedicado a Rodó agregaba: “Y muy antiguo y muy moderno, audaz, cosmopolita...” El Dr. Urbina acota felizmente: “Es un indio proveniente de la periferia, no pertenece a las clases patricias argentinas, pero se inserta dentro de ese sistema, lo domina, se lo apropia”.

El Dr. Urbina dedica varias páginas al excelente libro de la escritora puertorriqueña, Iris Zavala Rubén Darío bajo el signo del cisne (1989), quien afirma que el “signo” cisne es un elemento central de la construcción hispánica. Urbina enfatiza en los mecanismos de comunicación, pues el enunciado no es exclusivo de un solo emisor o receptor. En el poema se establece un diálogo con clásicos como Ovidio, Garcilaso y otros clásicos del Siglo de Oro español. La visión del Dr. Urbina resalta los múltiples significados donde no es posible fijar una determinada interpretación. Como ya lo decía Jorge Luis Borges “un libro es todo los libros”. Magistralmente, Zavala sostiene que la cópula del cisne con Leda constituye una alegoría de la creación poética donde Darío “reemplaza la blancura del cisne y de los muslos femeninos de Leda por la página blanca”...el texto es un vasto objeto sexual. Sobre las inmaculadas alas del cisne escribe el poeta” (Zavala 127).  Esta perspectiva de Zavala ahonda en la multiplicidad de significados del cisne que es medular en Cantos de vida y esperanza

Asimismo, Julio Ramos, con su libro Desencuentros de la modernidad en A. Latina: Literatura y política en el S. XIX, (1989) sostiene categóricamente, que los modernistas y en especial Darío, hacen de la escritura una vía para enfrentarse a un mundo emergente, signado por la economía de consumo como parte del engranaje de la economía capitalista.

En el último decenio del siglo pasado, Alberto Acereda  publica un importantísimo libro Rubén Darío, poeta trágic. Una nueva visión (1992). Acereda, es un especialista bien informado que penetra en el poeta agónico, desesperado por desentrañar el misterio a través del pitagorismo y de la masonería. Darío se hunde en la melancolía y comprueba que ni el placer físico, que es obra de un instante, puede llenar ese vacío que se traduce en impotencia ante la eternidad de lo femenino.  Otro aporte sustancial es el estudio filosófico de Louis Bourne Fuerza invisible. Lo divino en la poesía de Rubén Darío (1999), que disecciona la vida espiritual del poeta, siempre oscilando entre fe e incredulidad, su eterna duda ante lo desconocido. Urbina juzga que Bourne, al haber cotejado los poemas de la adolescencia de Darío “El libro” y “La fe”, encontró que la duda lo acicateó desde muy joven.

Otro crítico Gerard Aching en The Politics of Spanish American Modernismo. By Exquisite Design (1997) afirma que la poesía preciosista del bardo nicaragüense obedeció al deseo de producir una lírica refinada acorde con el gusto exquisito de las élites latinoamericanas. Esta fue la respuesta correcta de un profesional de la escritura: apropiarse de una cultura y literatura universal, gesto que significa un acto político. El Dr. Urbina valora con justeza la metáfora del “reino interior” que Aching propone. El crítico desentraña el verdadero significado de esa expresión que “implica un espacio de producción de textos, de significados, una reasimilación, dice el Dr.Urbina de las condiciones de vida que a Darío le tocó vivir.” Aspiró, añade el crítico nicaragüense, a cambiar las condiciones socio-políticas y materiales de la existencia a través de la imaginación”.

Dentro de esta misma línea, Iván Schulman, en un brillante artículo “El modernismo de Rubén Darío: la otra dimensión” publicado en la revista Antrophos (1997) establece que el “reino interior”  no es sino una acumulación de códigos estéticos e ideológicos y sociales que Darío plasma en su poesía y en su prosa. Se deben descifrar los varios niveles de significación como lo hace Aching con el poema “Salutación del optimista”. El análisis de Urbina sobre Iris Zavala, Skirme, Acereda, Bourne y Schulman, a mi juicio, es el más logrado por el dominio de la semiótica que  posee el Dr. Urbina. No cabe duda que los trabajos de estos críticos merecen el elogio y el aplauso de los estudiosos, pero lo más importante, radica en el análisis de nuestro compatriota al sostener que “Darío estaba consciente de su posición de subalterno enfrentado a los cambios vertiginosos de la sociedad capitalista. Darío respondía con su arte, una estética nueva y refinada, su único patrimonio”, nos dice el Dr. Urbina, de las más importantes tradiciones literarias mundiales que él asimila magistralmente.

Importantísimo también el trabajo de Oscar Rivera-Rodas que solemnemente declara en “La crisis referencial y la modernidad hispanoamericana” (Hispania 2000) que con el poema “El porvenir”, Darío inaugura la modernidad en la América hispana. Rivera aplica el desconstructivismo del filósofo francés Jacques Derrida. Asimismo, Silvia Molloy, la ilustre catedrática argentina de la Universidad de Princeton en su artículo “Ser y decir en Darío: el poema liminar de Cantos de vida y esperanza”, (Texto Crítico 1968) analiza magistralmente el poema y señala lo que no vio Rodó en Prosas profanas. Nos presenta un perfecto autorretrato, un yo autobiográfico que dialoga con su interlocutor. Se establece un diálogo fecundo entre Darío y Rodó,  que no vio o no quiso ver  la gran contribución de Darío en sus artículos periodísticos a raíz de la guerra hispanoamericana. Rodó publicó su Ariel un año después de los artículos de Darío, pero hizo caso omiso de ellos.

El Dr. Urbina  al revisar los trabajos biográficos sobre Darío sostiene que la obra imprescindible sobre la vida del poeta es la monumental obra de Don Edelberto Torres La dramática vida de Rubén Darío (1952),  el estudio más completo hasta hoy. En otro apartado, Urbina dedica varias páginas a los enfoques de género y sexualidad. Uno de los trabajos más desafortunados, es el de Blas Matamoro Rubén Darío (Espasa-Calpe 2002) que se refiere a la supuesta homosexualidad de Darío. Urbina le refuta, mencionando que Matamoro sólo se valió de versos y artículos aíslados que intentan demostrar su orientación sexual. Urbina es tajante al decir que Matamoro “no aporta ninguna novedad, pues ya antes Julia Uceda y John R. Burt habían tratado el tema Darío y las mujeres”. Matamoro habla de misoginia, criterio que Urbina comparte, pues esto se palpa en Oro de Mallorca, pero aclara que esta perspectiva es común en todas las épocas porque a la mujer se le ha considerado como apéndice del hombre.

Pero lo que le parece absurdo al Dr. Urbina y a nosotros también, que compartimos su posición, es que Matamoro afirma que “Dios es femenino como creador y el poeta que lo imita, también lo es, la poesía es femenina aunque la escriban los varones. La belleza, aún la varonil, es asimismo femenina” (179). Urbina contesta acremente al escritor al afirmar que Matamoro se “vale de una sicología de principiante, barata y misógena”. Ante semejante dislate de Matamoro, nosotros agregamos: ¿Qué  importancia tiene discutir la homosexualidad o no de Darío, si esto no socaba en lo más mínimo su genialidad.?

Ante el trabajo de Matamoro, el Dr. Urbina opone el extraordinario estudio de Julio Ortega, al cual califica como uno de los críticos más lúcidos de nuestro tiempo. Ortega con  Rubén Darío ( E. Omega 2003) califica a Darío como el primer lector moderno de América Latina y nos dice que “Darío no tuvo que recurrir al parricidio literario ni sufrió la “ansiedad de la influencia”, sino que  más bien fue fiel a sus figuras patriarcales”. (100) Darío se inventa a sí mismo, empezando por el nombre. No tiene precedentes inmediatos”. El Dr. Urbina juzga lo más excelente del estudio de Ortega esta aseveración: “hay que interpretar la obra de Darío como una conversación aguda y brillante con los eventos más importantes de su tiempo, de su pasado, y  su porvenir”.

No podía faltar en esta valoración múltiple de los estudios sobre Rubén Darío, el trabajo de María Salgado, de la Academia Norteamericana sobre “Rachilde”, la única mujer que ocupa un lugar en Los raros. Salgado, en este volumen, en su artículo “Rubén Darío y la Rachilde: reflexiones sobre la nueva mujer, la literatura pornográfica y la feminidad en el fin de siglo hispano” , desentraña las estrategias discursivas propias del discurso feminista. Cabe destacar que la distinguida dariísta en “Mi esposa es de mi tierra; mi querida de París: el hispanismo ingénito en Rubén Darío” (Antrophos 1997) considera que en la crítica de José Enrique Rodó está el origen de  negarle a Darío el ser un poeta hispanoamericano. Hace unos meses recibí un trabajo de Salgado titulado “El autorretrato dariano  en el contexto de Cantos de vida y esperanza,” un artículo  brillante. Asimismo, bajo el sello de Cátedra, José María Martínez con  Azul... y Cantos de vida y esperanza (1995) y Cuentos completos (1997) ha realizado un trabajo brillante que se aparta de los enfoques tradicionales y valora la obra de Darío bajo la relación público-autor, apoyándose en la teoría de la recepción y “logrando esclarecer enormemente aspectos fundamentales del Modernismo” como afirma el Dr. Urbina.  En esta sección dedicada a la crítica extranjera sobre Darío, el crítico nicaragüense incluye al Dr. Günter Smigalle. Este brillante intelectual alemán ha publicado en varios volúmenes un estudio crítico estupendo del libro de Darío La caravana pasa (2001).

El Dr. Urbina inicia y cierra su introducción al presente volumen refiriéndose a los dariístas más sobresalientes en Nicaragua. Menciona entre los más brillantes dariístas de este país, los nicaragüenses Julio Icaza Tijerino y Eduardo Zepeda Henríquez con su invaluable obra Estudio de la La poética de Rubén Darío ( 1967), un estudio  ejemplar que se enmarca dentro de la filología y estilística. Otro contribución calificada de magnífica es la  de Ricardo Llopesa con sus Poesía inédita (1988) y Teatros (1993). Adicionalmente, el Dr. Urbina menciona los enjundiosos estudios de Noel Rivas sobre España contemporánea (1998) que agregan nuevas luces a la crítica sobre Darío.

Estimo que es libro editado por el Dr. Urbina, enriquece en gran medida la biblografía sobre Rubén Darío, al contribuir con un selecto material de los más cognotados dariístas, a justipreciar la  grandiosa obra de Rubén Darío en este año en que celebramos el primer centenario de Cantos de vida y esperanza. El Dr. Urbina no sólo  ha puesto a disposición de los estudiosos los mejores trabajos de los más brillantes críticos extranjeros en Miradas críticas sobre Rubén Darío, sino que ha analizado cada estudio con una excelencia tal que lo sitúa entre los más valiosos críticos a nivel nacional e internacional.

                                                                                                   Managua, 18 de mayo de 2005

 


 

Tomados de Páginas Verdes
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