El día que seas mía

El día que seas mía

El  día que seas mía 
vendrás por caminos tranquilos
cubiertos de vientos  apacibles
y de tierra suelta; impregnada en tus zapatos 
y en tu bolso de mano.

Traerás el alma llena de canto y
de luz. Y será, amada mía,
 el camino más largo
que habrás andado hasta venir a mi.
Ese camino que yo mismo perdí años atrás 
cuando salí a buscarte. 

Y anduve buscándote por valles 
y colinas. Preguntando por ti 
en cada pueblo y  tocando las puertas 
en las casas de madera. 
Preguntado por ti en villas tranquilas 
y en campos abiertos.
preguntando por tí a la gente que pasa,
preguntando por tí en haciendas y ciudades; 
en pueblos  y puertos dormidos en completo silencio, 
Sólo perturbados por mi búsqueda incesante. 

Te he buscado desde siempre,
y hasta morí en la espera de encontrarte.
Volví del vientre de la tierra 
renací con la certeza de besar tus labios ,
de sentir  de tus caricias 
y de tomar entre las mías tus manos mojadas;
para compartir tu frío 
y calentar mis días. 

Cuando partí a buscarte 
no sabía tu nombre, 
si habrías cambiado,
si conservarías la misma mirada 
dulce, cálida y evasiva
como aves en fuga 
o como gaviotas al vuelo.

Toda mi vida, amada, no me basta.
No me basta todo el tiempo ni sus redes 
de cristal que se rompen para siempre 
con el paso de mis días en tu ausencia. 
Te busco para amarte
preparo mi alma
para ser habitada por tí 
cuando llegues por ese camino lejano.

No me basta una vida y tendré que
seguir renaciendo desatando ciclos 
derrumbando murallas; 
andando praderas y ciudades 
pueblos y valles 
porque una misión me ha sido 
confiada y no me iré sin haberla cumplido:
amarte como nadie
y entregarte mi espacio, mi vida y mi esperaza...

 Org 
nov. 2008

Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis